Uno de los rasgos más relevantes del impacto de la digitalización sobre nuestras sociedades es el de la transversalidad de sus efectos. La digitalización afecta ya a múltiples dimensiones de la vida social y económica y ha provocado una serie de transformaciones sobre las relaciones e interacciones que se producen en ellas, alterándolas radicalmente.
Más concretamente, y en su dimensión económica, el impacto no se ha quedado tan solo en la órbita productiva, limitándose a transformar la función de producción, sino que ha transcendido lo productivo y se expande más allá: incide sobre el diseño de los productos, los canales de distribución, la forma de organización del trabajo, la gestión de los procesos y la cultura interna de las empresas.
Pero, además, la digitalización también está afectando a los procesos de consumo y está provocando la aparición de nuevos agentes híbridos difícilmente catalogables en las categorías económicas convencionales, como es el prosumidor o consumidor/productor.
Todas estas innovaciones disruptivas están alterando los parámetros de valoración de los bienes y servicios, los procesos de generación de valor, la determinación de los precios de mercado y la categorización de los agentes que participan en el negocio económico y su rol dentro del mismo.
El reto de desarrollar una medición oficial, abierta y pública apropiada
Una medición oficial, abierta y pública apropiada del impacto de la digitalización en la economía resulta fundamental, lo que implica un nuevo reto para las autoridades públicas. Estas deben de desarrollar mecanismos de medición que permitan que las cuentas y estadísticas públicas ofrezcan una imagen lo más cercana posible a la nueva realidad económica digital y tecnológica en expansión.
Al hilo de esta necesidad varios organismos internacionales, en coordinación con instituciones estadísticas públicas de distintos países, han comenzado a medir las diferentes dimensiones de la Economía Digital, enfrentándose abiertamente al reto que supone adaptar los sistemas de información estadísticos y las cuentas nacionales y regionales a estas nuevas realidades.
Adigital defiende la incorporación temprana de España a este proceso, y la construcción de una Cuenta Satélite de la Economía Digital, con el fin de ser uno de los países que lideren la adaptación de las estadísticas oficiales a estos cambios, en línea con todos los esfuerzos que está realizando el país para liderar la transformación digital en Europa.
La incorporación temprana de España al proceso de medición de la economía digital permitiría también que nuestro país sea un actor relevante en su diseño, habida cuenta de que el proceso se va reconfigurando permanentemente conforme surgen y se resuelven dificultades de conceptualización y cuantificación. Y facilitaría además la transición hacia el diseño de políticas basadas en datos (data driven policy making) y las políticas basadas en evidencias (evidence based policies).
Ventajas de la creación de una Cuenta Satélite de la Economía Digital
A través de la creación de Cuentas Satélite de la Economía Digital es posible articular un marco para la transición hacia sistemas de cuentas nacionales que internalicen todas las dimensiones tanto de la Economía Digital como de la Economía Digitalizada y que generen los indicadores necesarios para poder tomar decisiones fundadas en base a ellos tanto a las autoridades públicas como al resto de agentes económicos. Para ello es preciso generar categorías, conceptos e indicadores que permitan calcular adecuadamente la cantidad, el precio y el valor de los diferentes bienes, servicios y flujos económicos digitales.
La ventaja que tiene la utilización de Cuentas Satélite es que permite analizar estas nuevas realidades económicas de una forma más detallada y facilita el análisis más preciso y completo de un ámbito económico que, por su magnitud, dimensiones y penetración sobre el resto de sectores, demanda un análisis particular que trasciende el que se puede realizar a partir de la actualización de las Cuentas de Origen y Destino de la Contabilidad Nacional y que, en consecuencia, demandan complementarlo con información estadística alternativa, tanto cualitativa como cuantitativa.
El objetivo final debe de ser medir adecuadamente los impactos y dinámicas específicas generados por la Economía Digital que, actualmente, se están quedando fuera de las cuentas oficiales, e integrarlas dentro de las mismas.
La colaboración público-privada, esencial
Pero, para que este fin pueda llegar a buen término, es esencial la colaboración público-privada; es más: sin ella, esta tarea sería materialmente imposible. La razón es que estas mediciones necesitan transcender la recopilación de datos en aquellos ámbitos de donde los extraen habitualmente los sistemas estadísticos oficiales, para pasar a complementarlos con datos de origen privado que faciliten la medición de los flujos de información y actividad entre participantes, sectores y localizaciones.
En su informe “Propuesta para promover la construcción de una Cuenta Satélite de la Economía Digital”, Adigital plantea una detallada propuesta para desarrollar esa estructura de medición económica e incorporar los indicadores construidos. Ello requiere, previamente, de definiciones claras y operativas de la Economía Digital que soporten tanto las discusiones de política pública como una medición lo más precisa posible. En el informe completo se detallan algunas de esas definiciones, la forma de elaborarlas y los inconvenientes que cada una de ellas presenta para, a partir de ellas, elaborar indicadores para la construcción de una Cuenta Satélite.
De entre todas ellas, son esencialmente las definiciones de Economía Digital desarrolladas a partir del enfoque de bottom up las que actualmente sustentan los esfuerzos por desarrollar las correspondientes Cuentas Satélites nacionales.
Siguiendo este marco y para ejemplificar cómo se puede avanzar en la elaboración de una Cuenta Satélite de la Economía Digital, el informe de Adigital presenta la metodología que se está desarrollando por parte del Bureau of Economic Analysis (BEA) de Estados Unidos. Esta agencia siguió, para esa tarea, la misma metodología que había utilizado previamente para la generación de las Cuentas Satélite de otros sectores, como el del turismo, la producción cultural y artística o el ocio al aire libre y, en ese sentido, ya tenía un cierto camino recorrido.
Finalmente, el informe concluye recopilando los hitos esenciales que conforman la Hoja de Ruta para una estructura compartida de medición de la Economía Digital, tal y como la plantea la OCDE y cuyo valor radica en la identificación de las principales líneas de trabajo que deben desarrollarse a futuro.
Consulta el informe completo “Propuesta para promover la construcción de una Cuenta Satélite de la Economía Digital”, y el Resumen Ejecutivo.