El pasado mes de marzo, el Ayuntamiento de Barcelona aprobó de manera inicial y sometió a consulta pública su Plan de usos de actividades vinculadas al reparto a domicilio. El Plan regula de manera transversal el ecosistema del comercio online, con especial hincapié en los servicios y establecimientos vinculados al reparto de última milla, como son las cocinas industriales y/o agrupadas, la restauración o los almacenes.
En concreto, el Plan prohíbe la apertura de supermercados dedicados al delivery (los mal denominados dark stores o “supermercados fantasma”) y limita las cocinas dedicadas a esta actividad a suelos industriales y en condiciones muy específicas. También pone coto a los locales de platos preparados, así como a las taquillas de uso turístico, destinadas a almacenar de manera temporal equipajes o maletas (aunque no son estrictamente actividades de reparto a domicilio). De igual forma, regula el uso del espacio público relacionado con el tiempo de espera y el movimiento de los repartidores.
Adigital, como asociación cuyo objetivo es crear en España y, por ende, en sus ciudades un entorno óptimo para el desarrollo y crecimiento de la economía digital, ha presentado sus observaciones al Plan del Ayuntamiento de Barcelona dentro del trámite de consulta pública abierto a tal efecto, con el objetivo de promover una regulación proporcional y justificada para estos servicios de última milla, que tenga en cuenta su beneficio económico, social y ambiental.
Las plataformas que operan a través de servicios bajo demanda basados en la digitalización y en el comercio electrónico han revolucionado los hábitos de los ciudadanos, la oferta de las empresas y las dinámicas en las ciudades, enriqueciendo y complementando su oferta de servicios. Estos nuevos modelos están contribuyendo a consolidar una nueva realidad, donde el canal digital y el analógico convergen, creando sinergias entre los servicios tradicionales y los servicios habilitados gracias a las plataformas digitales. De igual forma, estos modelos han traído otros importantes beneficios a los ciudadanos y a las propias ciudades. Por ejemplo, en términos de sostenibilidad, la mayor parte de las empresas de reparto están apostando cada vez más por flotas de vehículos eléctricos, lo que permite combatir, al mismo tiempo, las potenciales incidencias en materia de emisiones a la atmósfera y de ruidos.
Adigital y las empresas que representa, comparten los objetivos que persigue el Plan del Ayuntamiento de Barcelona: garantizar la convivencia ciudadana, proteger el entorno urbano y promover un uso equilibrado de los espacios públicos. No obstante, consideramos que es posible establecer medidas alternativas menos restrictivas a las actuales y que, igualmente, permitan dar cumplimiento a dichos objetivos. Es más, alguna de las medidas incluidas en el Plan, no están necesariamente enfocadas a preservar el medioambiente y la habitabilidad de las ciudades. Por ejemplo, el Plan impone, de manera contradictoria a sus objetivos, restricciones en los establecimientos que reparten mediante bicicletas o patinetes, que son vehículos no contaminantes y de tamaño reducido. Además, echamos en falta un estudio previo que valore el impacto de las medidas previstas en la futura nueva regulación, así como de las externalidades de las actividades reguladas.
De igual forma, Adigital incide en la importancia de no discriminar los servicios que se ofrecen a los ciudadanos en función del canal (online u offline). Por el contrario, consideramos que se deben elaborar políticas públicas que ayuden a la convergencia de ambos canales y que pongan en valor las ventajas de su convivencia y complementariedad. De lo contrario, al discriminar entre actividades de reparto a domicilio vinculadas al comercio electrónico y otro tipo de actividades de reparto, se podría caer en la restricción y limitación de opciones tanto a los ciudadanos como a las propias ciudades.
Es por ello que Adigital propone abrir una vía de diálogo constructivo entre el Ayuntamiento de Barcelona y el sector, a fin de dar a conocer el funcionamiento y casuísticas de los diferentes modelos de negocio. Y de manera conjunta, reformular el actual Plan, consensuando un marco regulatorio estructurado alrededor de las mejores prácticas en la materia, que vienen promoviendo las autoridades de competencia (véase por ejemplo el reciente documento de la Autoridad Catalana de Competencia). Todo ello redundará en un marco regulatorio adecuado, que no deje atrás ningún modelo de reparto con el potencial de mejorar la configuración de las ciudades y la calidad de vida de sus habitantes, y que contribuya decididamente a los objetivos del Consistorio.